La CICIG, un oxígeno para Guatemala: Felipe Bosch

Luego de la cruenta guerra civil en Guatemala, siguieron tiempos complicados para la nación en materia de justicia y Estado de derecho. La sociedad guatemalteca sufría las consecuencias de un país hundido en la corrupción,  la desigualdad y la violencia.

Esta situación llegó a niveles alarmantes que tuvieron su clímax en el nuevo milenio, pues derivado de los ataques hacia activistas y defensores de derechos humanos en el año 2002, una coalición de ONG’s persuadió al gobierno de Guatemala de solicitar al DAP (Departamento de Asuntos Políticos) de la ONU su apoyo para instalar un mecanismo que enjuiciara a quienes cometían actos de corrupción y permitían el fortalecimiento de las células de delincuencia.

Luego de años de polémica y nutridas conversaciones con el gobierno de Guatemala, así como una fuerte oposición del Congreso guatemalteco, surgió un acuerdo para el establecimiento de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).

Este acuerdo fue firmado junto con las Naciones Unidas el 12 de diciembre de 2006, y se ratificó el 1 de agosto de 2007 por el Congreso de Guatemala, para arrancar funciones ese mismo año hasta su finalización en el 2019.

Conversamos sobre este tema con el empresario Felipe Antonio Bosch Gutiérrez, descendiente de la familia Bosch, una de las más ilustres y prósperas del país de Centroamérica, para saber cuál es su opinión sobre la extinta CICIG y qué comentarios tiene sobre el futuro del país que sigue luchando contra la corrupción.

La Cicig, un oxígeno para Guatemala _ Felipe Antonio Bosch Gutiérrez

Nos estábamos muriendo del cáncer de la corrupción: Felipe Bosch Gutiérrez

El actual director de Losa Group y antiguo director de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (FUNDESA), Felipe Antonio Bosch Gutiérrez, considera que la CICIG fungió como una clase de oxígeno adicional que Guatemala necesitaba urgentemente, pues la corrupción había llegado a niveles que “nos estaban matando”.

Ha participado activamente en iniciativas de negocios e inversión tanto en su país de origen, Guatemala, como en el resto de Centroamérica. Felipe Bosch Gutiérrez tiene un lazo muy particular con CMI, una empresa que su abuelo fundó en 1920 y que desde entonces se ha expandido a una serie de industrias, que incluyen alimentos, energía, bienes raíces y servicios financieros.

Como guatemalteco, conoce muy de cerca las heridas que provocó la guerra civil a la sociedad guatemalteca; considera que erradicar la corrupción y la violencia en el país no ha sido sencillo, pero han habido grandes avances, gracias al apoyo de organismos como la CICIG y el seguimiento que han brindado activistas y sociedad civil.

La Cicig, un oxígeno para Guatemala _ Felipe Antonio Bosch Gutiérrez

Para ganarle a la corrupción, es de vital importancia endurecer nuestras instituciones: Felipe Bosch Gutiérrez

“El trabajo que hizo la CICIG tiene todo mi apoyo y reconocimiento”, asegura Felipe Bosch Gutiérrez, quien también dijo que no tenía idea de que la corrupción en el país tuviera estos niveles tan alarmantes hace unas décadas, y que este problema tan complejo superara a todos los que formamos parte de la sociedad guatemalteca.

Con la llegada de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), se pudo decir: “¡basta ya!”. Esto nos deja un enorme aprendizaje y tareas por mejorar, refiriéndose principalmente a la desigualdad social que tristemente conocen las comunidades indígenas.

Además, la falta de oportunidades es visible y es algo que nos corresponde solucionar tanto a empresas como al gobierno guatemalteco. Pero ante todo, es de vital importancia “cuidar la integridad de nuestra población y buscar el empoderamiento de las mujeres guatemaltecas“, así como la de los activistas que luchan a favor del medio ambiente y las condiciones de vida de las personas.

Hay que seguir apostando por nuestro país y cultivar acciones positivas que ayuden a sacar adelante a nuestra sociedad.

Necesitamos colaborar los unos con los otros para salvar a Guatemala

Es una realidad de que la nación ha cambiado lentamente desde entonces y todavía tenemos muchas necesidades; hay que dar vueltas completas al volante, pues a pesar de la labor tan importante de la CICIG durante el periodo que funcionó en el país, aún falta mucho camino por recorrer.

Felipe Antonio Bosch Gutiérrez concluyó con lo siguiente: “pareciera que nos estamos ahogando en un pantano o en un océano, y aún no hemos salido de él”. Sin duda, la única manera de salir de esto es a través de un cambio radical y fundamental en la actitud de todos, así como del sistema.

La Cicig, un oxígeno para la infancia guatemalteca: Felipe Antonio Bosch Gutiérrez

“Para lograr ser un país mejor, primero hay que modificar la forma en que hacemos las cosas “.

Al final, y citando al filósofo Marco Aurelio, “los individuos nacimos para ayudarnos. No hay que ser adversarios los unos con los otros, pues eso contradice nuestra naturaleza”.